Una de cada cinco mujeres, en todo el mundo, experimenta algún tipo de trastorno en el estado de ánimo o ansiedad en el período perinatal. El embarazo y nacimiento constituyen un momento de estrés materno respecto a la salud propia y la del recién nacido. Esto se incrementa en caso de prematurez, aborto o malos resultados perinatales, lo que implica un gran impacto en las mujeres, sus parejas y familias.

Se estima también que siete en diez mujeres ocultan o minimizan sus síntomas, por lo que, sin comprensión, apoyo ni tratamiento, aumenta el impacto en la salud mental de la mujer y su entorno, lo que puede devenir en ansiedad y depresión de todo el núcleo familiar. Además, el estrés sumado a la enfermedad mental materna, pueden afectar directamente al feto y al recién nacido, lo que puede provocar, a su vez, un impacto negativo en su desarrollo tanto físico, como cognitivo y emocional; daño que puede perdurar a lo largo del tiempo.

Los síntomas aparecen en cualquier momento del embarazo y hasta un año después del parto. La problemática se da en cualquier familia, independientemente de su integración, cultura, niveles de ingresos, etc. En el contexto de la pandemia de covid-19 estas situaciones se han visto incrementadas, lo que obliga a los equipos de salud a estar más alertas en el abordaje de la salud mental de las parejas durante el proceso de embarazo, parto y nacimiento.

Es importante que se esté alerta a las señales que indican deterioro de la salud mental materna. El MSP elaboró guías de abordaje en Salud Sexual y Salud Reproductiva para guiar a los equipos de salud al momento de dar respuesta a esta problemática. En ellas se incluyen recomendaciones para el abordaje de la salud física y mental del recién nacido también.

Entre las prestaciones del Sistema Nacional de Salud se encuentra el servicio de salud mental, lo que, junto al abordaje sicológico y social adecuado, basado en evidencia científica, ayuda a las mujeres y sus familias a minimizar el impacto de estas situaciones y permite la recuperación para el disfrute de su salud plena. Una buena salud mental en las madres es imprescindible para el correcto desarrollo y crecimiento de los hijos, por eso, el apoyo y compañía de las mujeres en el proceso del embarazo, el parto y el post parto, hasta el año de vida del recién nacido, es una forma de proteger a la mujer tanto como al niño.

Autor/Fuente: https://www.gub.uy/ministerio-salud-publica/comunicacion/noticia