El programa Con los Pies en la Tierra, ubicado en la ciudad de Paysandú comenzó su trabajo fruto de un acuerdo entre diversas instituciones públicas en busca de brindar uan alternativa para adolescentes y jóvenes que no estaban incluidos en el sistema de educación formal.

En sus inicios, la organización buscó generar un cambio en la alimentación y en los habitos de trabajo de su público objetivo apuntando al trabajo en huerta como motor para ir acercando a los jóvenes a otras actividades.

“Estos adolescentes estaban en un estado de ciudadanía que no era correcto” aseguró María Clara Bentos, licenciada en Trabajo Social que trabaja en la coordinación del centro juvenil, quién también explicó que desde sus inicios el proyecto se enfocó en jóvenes en contexto socio cultural crítico y valoró positivamente que el Ministerio de Desarrollo tomara y aceptara el proyecto, constituyéndose en un fuerte impulso.

Bentos también aseguró que “el sistema educativo formal no está funcionando, no genera interés en los jóvenes” y sentenció que “si nos hacemos trampas al solitario y no reconocemos esta realidad, nos va a ir muy mal”.

Por su parte, la psicóloga de la organización Casandra Varela, explicó que trabajan con jóvenes que no están en la educación formal y que “nunca fueron incluídos en secundaria”. “Chicos que no tienen sueños. Nosotros visulizamos muchas veces salidas para ellos, pero se hace muy difícil lograr que ellos, los adolescentes, las visualicen” agregó Bentos.

Varela también se refirió al trabajo que realizan en la organización, tratando de llevar a los jóvenes al centro de la ciudad, para que conozcan y se apropien de la misma. También realizan viajes a otros departamentos e incentivan las visitas de liceos al predio de Con los Pies en la Tierra, buscando que los jóvenes que concurren a diario al centro, puedan entrar en contacto con otras alternativas de vida.

“Trabajamos con subjetividades, hay que trabajar desde el encuentro con el otro” explicó Varela, al tiempo que Bentos reflexionó sobre la realidad que les toca vivir a los adolescentes que concurren al centro pero que cada día deben regresar a sus hogares inmersos en condiciones críticas. “Nosotros les pedimos muchas veces que sean ovejitas, que se porten bien, pero cuando vuelven a sus barrios ellos no pueden ser ovejitas, porque sino están fritos. Ellos tienen que encontrar el equilibrio y aprender a estar en ambos lugares, adaptándose a ambos lugares”.

Además de las representantes de Con los Pies en la Tierra, fueron parte de este Coloquio, la escuela de oficios MaPa, el Centro Providencia y el profesor Luis Ayala.

Autor/Fuente: Red USI