Ida Vitale, poesía y presencia

04/10/21

El próximo 5 de octubre de 11.30 a 19hs, la Biblioteca Nacional será escenario del Coloquio sobre la gran escritora Ida Vitale, organizado por la Asociación Uruguaya de Profesores de Literatura (APLU).

Ida Vitale es una poeta, ensayista, crítica literaria, traductora y docente uruguaya nacida el 2 de noviembre de 1923 en la ciudad de Montevideo.

Perteneciente a la Generación del 45, junto a otros grandes escritores, Ida Vitale se vio influida por la obra de María Eugenia Vaz Ferreira, Delmira Agustini y Juan Ramón Jimenez.

Ha traducido a autoras como Simone de Beauvoir y a autores como Luigi Pirandello y Jules Supervielle.

Se desempeñó como docente, una vez finalizada su formación en la Facultad de Humanidades. En 1973 se casó con su primer esposo, el crítico literario Ángel Rama.

Tras la llegada de la Dictadura cívico militar en 1973, se exilia en México donde conoce a Octavio Paz, quien la introduce en las revistas literarias locales y comienza a colaborar como ensayista y critica en las revistas Asir, Crisis, y Eco, entre otras. También siguió despeñando su labor docente y su función como traductora de textos encargados por el Fondo de la Cultura Económica.

En 1984 regresó a Uruguay por poco tiempo ya que emigró prontamente a Estados Unidos. No obstante, realizó viajes a Montevideo donde recibió el título de doctora honoris causa por la Universidad de la República del Uruguay.

Entre otros reconocimientos, ha recibido el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, en el 2016 y el Premio Cervantes, en el 2018.

Fue declarada Ciudadana Ilustre de Montevideo al cierre de la 42ª edición de la Feria Internacional del Libro, el 13 de octubre de 2019.

En el mes de setiembre acaba de publicar su poemario Tiempo sin claves donde refleja la inspiración nacida de viajes, plantas, animales y el dolor de la perdida, en 1916, de Enrique Fierro, su segundo esposo.

 

Exilios
…tras tanto acá y allá yendo y viniendo.
Francisco de Aldana

Están aquí y allá:de paso,
en ningún lado.
Cada horizonte: donde un ascua atrae.
Podrían ir hacia cualquier fisura.
No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol
o que la helada queman
y campos infinitos sin el límite
que los vuelve reales,
que los haría de solidez y pasto.
La mirada se acuesta como un perro,
sin siquiera el recurso de mover una cola.
La mirada se acuesta o retrocede,
se pulveriza por el aire
si nadie la devuelve.
No regresa a la sangre ni alcanza
a quien debiera.
Se disuelve, tan solo.

Gotas
¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.


Residua
Corta la vida o larga, todo
lo que vivimos se reduce
a un gris residuo en la memoria.
De los antiguos viajes quedan
las enigmáticas monedas
que pretenden valores falsos.
De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?

Para acceder al Programa del Coloquio a realizarse el 5 de octubre clic aquí.

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