La importancia de la primera infancia en nuestras vidas

28/06/12

 ¿Qué importancia tienen los primeros años de vida en la construcción humana?

Antiguamente se pensaba que los niños no se daban cuenta de las situaciones que sucedían en su contexto más cercano y se consideraba que los niños no debían opinar sobre cuestiones familiares debiendo mantenerse al margen de la conversación de los adultos en todos los temas.

Actualmente estas prácticas son menos frecuentes, pero… por qué? Tal vez ha cambiado el lugar del niño en la familia y es importante darle un lugar que antes no tenía.
Esta interrogante puede llevar a muchas respuestas, reflexiones y hasta puede llegar a generar más interrogantes como la enunciada en el título de éste artículo.

Iniciaremos este abordaje reflexionando sobre: ¿Qué importancia tienen los primeros años de vida y cómo influyen en el futuro de ese ser?

La primera infancia, según la Organización Mundial de la Salud - OMS, se extiende desde el período prenatal hasta los 8 años, dándose un rápido crecimiento del individuo según la influencia del entorno.

En estos años el niño/niña es sumamente sensible a su ambiente, pero no sólo a nivel afectivo, sino también a nivel biológico.

Es en está etapa de la vida, que se dan la mayor cantidad de adquisiciones, el niño/niña aprende a hablar, a caminar, a lavarse los dientes, a leer, a escribir, entre otras cosas.

La familia ocupa un lugar importante en esta etapa de la vida, ya que los cuidados desde el comienzo son esenciales, nótese que un bebé no puede existir solo, sobrevive solamente si es parte de una relación. Es en este grupo donde se dan los primeros aprendizajes, es en el contacto con la madre, padre o encargado de la crianza en donde el niño comienza a aprender y a incorporar pautas de comportamiento, normas, valores, hábitos, forma de relacionarse y comunicarse. Los cuidados que se le de al niño/niña recién nacido, más allá de la satisfacción que le da al adulto encargado de su crianza, son sumamente necesarios para su crecimiento.

Formas sencillas de intercambio, de demostración de afecto, de contención permiten el normal desarrollo del niño. Con ello fomentamos que tengan confianza, que sean niños/niñas seguros de sí mismos y de los demás, que puedan relacionarse de forma adecuada con sus pares, con la autoridad, con su familia. Debemos incentivar la comunicación como una herramienta para que el niño/niña aprenda a vivir en su realidad social. Es decir, como nos posicionamos frente a un niño va a determinar su presente y su futuro adulto.

Esta postura dista mucho de darles todo lo que quieran, ya que los límites son necesarios y son responsabilidad de los adultos.

El aprendizaje social que se da en la familia, es reforzado y enriquecido cuando el niño ingresa a un centro educativo. Es en este momento que el niño/niña comienza a ampliar su mundo a través del contacto con personas que no pertenecen a su núcleo familiar, pero ésta temática será abordada en próximos artículos.


 

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Autor/Fuente: Psic. Natalia Machado - ARC. Antel

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