Discapacidades: Entrevista a la psicóloga Becky Sabah

"Tenemos la posibilidad de vivir plenamente más allá de la discapacidad”

El protal Luz Verde entrevistó a Becky Sabah, una psicóloga que desde los cinco meses de vida tiene una cuadriplejia por haber tenido poliomielitis. Actuamente trabaja como Directora del Área de las Personas con Discapacidad de la Comunidad Israelista del Uruguay. En la nota, Sabah nos cuenta cuánto le costó ingresar a la Universidad y su experiencia con el sistema de salud: “el desconocimiento, el destratro y la desconsideración de las personas con discapacidad, es algo que, lamentablemente, es una constante”. Para Becky Sabah la sociedad sería más inclusiva si se logra mostrar “la cara menos visible de las personas con discapacidad, que es que tenemos la posibilidad de vivir plenamente más allá de la discapacidad. Entender eso permitiría que no nos vieran con tanta pena”.

¿Cuál es tu discapacidad?

Cuadriplejia secuelar por Poliomielitis sufrida a los cinco meses de vida.

¿En tu familia sabían que existía esa enfermedad?

No, por lo que me contaban, hasta que me enfermé no sabían de la existencia de esta enfermedad.

¿Qué dificultades tenés en tu vida cotidiana?

En casi todas las actividades de la vida cotidiana. Por eso necesito de Asistentes Personales las 24 horas del día, los 365 días del año. Además, soy de profesión psicóloga y trabajo como tal, en la Dirección del Área de Personas con Discapacidad de la Comunidad Israelita del Uruguay, y para ello también necesito del Asistente Personal ya que de otra forma no puedo valerme físicamente sola, en absolutamente nada.

¿Tuviste o tenés algún tipo de tratamiento?

De chica asistí a la Escuela Roosevelt en donde recibí atención integral, como por ejemplo fisioterapia, y aprendí a escribir con la boca, que es el sistema por el cual sigo escribiendo en la actualidad. En este momento, sigo recibiendo atención fisioterapéutica para extensión de la columna y por sobre todo, aliviar y evitar dolores articulares producidos por la postura física mantenida durante tantas horas al día.

¿Cómo fue tu experiencia con el sistema de salud?

De niña, tal vez el sistema de salud lo padecían o no, mis padres, pero hasta donde recuerdo, estaba atendida bastante correctamente. Desde que dejé de ser niña hasta la fecha, que han pasado muchos años, soy una de las personas que padece el sistema de salud. No sé si en realidad es el sistema o la ignorancia médica, acompañada de la falta total del manejo con las personas con discapacidad. Lo cierto y concreto es que la mayoría de las veces evito contar con los profesionales de la salud, ya que por lo general me complican mucho más las cosas que lo que pueden resolver, colaborar, en definitiva, atenderme. Esto lo digo con dolor pero por sobre todo con muchísima preocupación y abandono en relación a la salud en todo el amplio espectro que esta abarca.

Es fundamental que esta situación cambie a la brevedad, ya que justamente las personas con discapacidad, que por lo general presentamos más vulnerabilidad en la salud, somos las que padecemos este abandono. He observado a través de los años que esta dificultad la tienen casi todas las personas con discapacidad, sea esta física, intelectual, sensorial o psíquica, ya que en mi trabajo hemos tenido que recurrir muchas veces a la atención de la salud y el desconocimiento, el destrato y la desconsideración a la persona, es algo que, lamentablemente, es una constante.

¿Te costó mucho estudiar Psicología?

Sí, muchísimo. Concurrir a Secundaria ya fue como una “misión imposible”. Cuando entré a la Universidad, a los seis meses fue cerrada por el gobierno militar de aquel entonces. Pasaron muchos años hasta que se permitió estudiar Psicología. En ese ínterin funcionaba la Universidad Católica en donde comenzó la carrera de Psicología y esta Universidad estaba también dirigida por autoridades acorde con el gobierno. Cuando fui a anotarme me dijeron que por tres motivos yo no podía estudiar: por mi discapacidad, por ser judía y por pertenecer a la izquierda… Cuando habilitan la carrera, se realiza una prueba de admisión que consistía en dos partes: una escrita que aprobé sin ninguna dificultad y una entrevista individual a la que de entrada me dijeron que en mi situación física, no podía ser psicóloga ya que dañaría más a los pacientes en vez de ayudarlos. Luego de eso, no tuve opción de seguir hablando…

Después de pasar esas terribles experiencias y trabajarlas mucho en mi psicoterapia, entré en dos instituciones privadas, que no eran oficiales y luego de terminar los estudios, comencé a trabajar, pudiendo hacerlo con solvencia. Presenté muchos trabajos y hace relativamente pocos años, fue reconocida mi profesión, por Competencia Notoria, realizada por el Ministerio de Educación y Cultura, el Ministerio de Salud Pública junto con la Universidad de la República y la Privada. En definitiva, fue muy pero muy difícil para mí.

¿Por qué elegiste esa carrera?

En realidad, en mi juventud, quería ser todo aquello que no podía como por ejemplo ser peluquera, modelo, cocinera. El tema de ser profesional fue casi una imposición por parte de mi padre, quien afirmaba que era de la única manera que podría vivir cuando ellos no estuvieran. Dentro de la opción de estudiar algo, la forma de pensar, fundamentalmente de sentir del ser humano, fue algo que siempre me interesó mucho y fui una gran “observadora obligada”, ya que era la forma que me “entretenía” cuando estaba sentada en cualquier reunión en la que no podía participar activamente. Hoy por hoy, es algo que me sigue encantando.

¿Crees que la sociedad ha cambiado en lo referente de las personas con discapacidad? ¿Es inclusiva nuestra sociedad?

Creo que la sociedad sin duda ha cambiado, pero entiendo que no todo lo que debería ser, principalmente porque los miedos, las angustias de las personas comunes en relación a las personas con discapacidad, siguen estando y tal vez es inherente al ser humano. Creo que puede mejorar, mostrando una cara de la moneda que lamentablemente, es la menos visible de las personas con discapacidad, y es la que tenemos sin duda, la posibilidad de vivir plenamente más allá de la discapacidad en sí misma. Eso, entender esa parte, permitiría que no nos vieran con tanta pena, con tanto dolor, como la desgracia más grande que pueda vivir una persona.

Tampoco pasarnos del otro lado de la raya, donde los “beneficios” que el gobierno, la sociedad nos pueda brindar, que solo apunta a disminuir la desventaja permanente en el vivir cotidiano, no sea visto con rabia por la comunidad en general, como que “estamos de vivos”. No debemos olvidar que cuanto más nos podamos incluir en la sociedad, que debería ser de todos y para todos, más beneficiados estamos todos, ya que aprenderemos que las diferencias nos hacen crecer como seres humanos. Por todo lo expuesto es que aún no considero que nuestra sociedad sea verdaderamente inclusiva, si bien, en relación a otras épocas, puedo reconocer que estamos mejor, pero, insisto, que lamentablemente, aún no de fondo, lo cual nos abarca también a las personas con discapacidad, quienes tampoco nos podemos llamar “inclusivos”. Hay mucho camino por recorrer sin lugar a dudas, pero por suerte estamos andando y esta revista por ejemplo, es un ejemplo de ello, a quien doy las gracias por su existencia y porqué no, por haberme invitado a participar en ella.

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Autor/Fuente: Por Daniela Cadenas / Luz Verde

Comentarios

por: Silvana Scelza 04/01/18

Me gustaria si fuera posible ver en forma urgente a la sicologa Becky ayer vi su entrevista y me impacto y ya que ella se ofrecio tan gentilmente aunque sea me conteste tengo una hija sicologa y un hijo muerto desde ya muchas gracias un abrazo

por: Silvana Scelza 04/01/18

Me gustaria si fuera posible ver en forma urgente a la sicologa Becky ayer vi su entrevista y me impacto y ya que ella se ofrecio tan gentilmente aunque sea me conteste tengo una hija sicologa y un hijo muerto desde ya muchas gracias un abrazo

por: Silvana Scelza 04/01/18

Me gustaria si fuera posible ver en forma urgente a la sicologa Becky ayer vi su entrevista y me impacto y ya que ella se ofrecio tan gentilmente aunque sea me conteste tengo una hija sicologa y un hijo muerto desde ya muchas gracias un abrazo

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