Juego Libre

01/06/20

 ¿Por qué el Movimiento Libre no es compatible con los Móviles y los Gimnasios?

Cuando vamos a una tienda de artículos para bebés nos vemos bombardeados con un montón de juguetes y aparatos que nos venden con el fin de entretener al bebé o justificando que su uso colabora con el desarrollo del bebé. Pero sin embargo éstos no son más que obstaculizadores del desarrollo.
Te cuento por qué:
En los artículos anteriores se habló mucho de la importancia del diseño del espacio de juego y movimiento libre, el adulto, como ya hemos mencionado, se dispone cerca del bebé brindándole seguridad y confianza para que éste pueda desplegar todo su potencial.
El bebé necesita de este espacio para moverse y practicar libremente sus movimientos hasta poder dominarlos y así conquistar las diferentes posturas de forma autónoma.
Dos de los elementos que se suelen regalar cuando el bebé nace son los objetos colgantes y el gimnasio.
Los móviles para bebés:
El móvil colgado encima del cuerpo del bebé no hace más que excitar al bebé cuando éste mira como se mueve.
Como dicen Eva Kallo y GYorgyi Balog (2018), la misma sensación que le despierta a un bebé cuando descubre un nuevo objeto, pero este último es real, entonces una vez lo toma, la excitación desaparece y vienen el momentos de relajación, concentración, lo podrá agarrar, chupar, tirar, y todo lo que se le pueda ocurrir.
En cambio el móvil estimula al bebé, lo excita mientras el móvil se mueve o es movido, todas éstas acciones externas a él.
A veces confundimos excitación con diversión y no es lo mismo.
El móvil distrae, entorpece, limita al bebé, no permite que éste pueda descubrir su cuerpo o los objetos que tiene alrededor.
Existe un momento clave en el desarrollo del bebé dónde no necesita nada más que su cuerpo para conocer.
¿Sabías que cuando colgamos un móvil a un bebé solo hacemos que focalice la atención en ello y se pierda de conocerse a sí mismo?
Sí, los objetos que el bebé no puede manipular solo distraen, porque lo que un bebé necesita es tiempo, tiempo para:
Mirar sus manos, coordinar (acto bien importante) el llevarse la mano a la boca, poder moverla, sacudirla.
Una vez que logra afinar estas destrezas tan complejas en un principio, para un bebé, estará listo para hacer lo mismo con un objeto.
¿No es maravilloso? Podrá luego agarrar, sacudir o chupar al igual que lo hizo con su propia mano.
No nos apuremos, un bebé muy chiquito no necesita más que conocerse a sí mismo, y al comienzo no necesita ningún objeto del exterior.

Gimnasios
Cómo su nombre lo denomina éste fue ideado con el fin de estimular al bebé. Es el espacio pensado para que ellos realicen “su gimnasia”.
Asimismo el gimnasio tiene varios puntos en contra si buscamos libertad en el movimiento.
¿Es un elemento limitante?
Si, el bebé en el gimnasio, no podrá rotar sus piernas y girar a la posición de costado, y si el gimnasio fuera muy amplio y lo permitiera seguramente no le permita a futuro desplazarse en el rolado.
Es posible que muchas familias piensen cuando llegue el momento de que el bebé quiera girar o rolar ahí sacamos el gimnasio, pero quizá cuando lo notemos el bebé ya habrá hechos todos sus esfuerzos para avisarnos y por ende y sin darnos cuenta quizá, ya interrumpidos, en parte, el proceso de desarrollo, decidiendo por él cuándo está listo para rolar.
Otro aspecto, es que los juguetes están colgados y en los primeros meses el bebé sólo puede observarlos, se muestra como un ser pasivo, el mensaje será "¿viste que lindos? Pero tú no puedes agarrarlos, no eres capaz.
Luego que el bebé ha pasado meses solo observando por fin llega el momento que logra agarrar los juguetes, y lo que suele suceder es que se aburre rápidamente de explorar dichos objetos, los bebés suelen irritarse pidiendo que lo quitemos de ahí.
Entonces, el gimnasio:
Limita el movimiento libre del bebé.
Le hace sentir que es incapaz de llegar a tomar los objetos.
Cuando los toma, al estar fijos se aburre fácilmente.
Entonces:
Dejemos a los bebés moverse en libertad, ellos son capaces de regular su movimiento, su intensidad, detenerse cuando ya no quieren más, sin necesidad que un aparato los ayude a esto.
El bebé que practica movimiento libre, se vuelve un ser prudente, sus movimientos se observan de manera fluida, armónicos y coordinados. Asimismo, comienza el proceso de autonomía y a su vez se va conformando su propia personalidad.

 

Gabriela Etchart, Licenciada en Psicomotricidad y en Educación Física. Especializada en Desarrollo Fisiológico Infantil y en Movimiento Libre y Cuidados Cotidianos.

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Autor/Fuente: Gabriela Etchart, Licenciada en Psicomotricidad y en Educación F

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