Juego Libre

02/03/20

 ¿Por qué hablamos del Pañuelo Pikler como el primer objeto del bebé?
¿Por qué es conveniente que los bebés, niñas y niños jueguen con objetos no estructurados?
La doctora Emmi Pikler es quien sugiere que el primer objeto que se le acerque al bebé sea un pañuelo, el mismo no se entrega en la mano sino que se coloca cerca del bebé (el bebé estará en el área de juego en el suelo y el pañuelo a su lado). Éva Kalló y Gyorgyi Balog (2018) expresan que puede ser que pasen semanas sin que lo note pero una vez que lo encuentre será capaz de agarrarlo, girarlo de un lado al otro, estrujarlo, llevárselo a la boca, entre otras cosas.
El pañuelo es de algodón suave y colorido (color rojo con círculos de color blanco)
y es pensado para que éste sea el primer objeto del bebé por varias razones:
El que sea de tela, hace que se un objeto liviano y de fácil agarre.
Las medidas de éste (35x35cm) hacen que el pañuelo no sea ni demasiado grande ni pequeño, es decir el tamaño es ideal para que pueda manipular de forma cómoda.
El contraste de colores es porque de ese modo le es más fácil de visualizar al bebé, quien en los primeros meses no tiene desarrollada de forma total la visión.
Su textura permite colocarlo en el suelo de forma tal que queda levantado (montaña) para que el bebé al girar su cabeza (en posición inicial, boca arriba) lo encuentre fácilmente.
Además de lo mencionado anteriormente, el pañuelo es un objeto que irá evolucionando con el juego, un bebé tendrá como finalidad explorar su color, textura, forma y poder conocerlo a través de su mano, su boca, más adelante ese mismo pañuelo será parte de los primeros juegos de esconderse (está-no está) y mucho más adelante será parte del juego simbólico de los niños y niñas, podrá usarse por ejemplo como manta para un bebé o podrá ser el mantel en un juego de té.
El pañuelo Pikler es uno de los objetos que denominamos como objetos no estructurados, Romina Pérez Toldi en su Blog en Teta-a-porter cuenta sobre las características y la importancia que tienen, aquí un resumen de ello.
Los objetos no estructurados son aquellos que:
No tiene una finalidad en sí mismo, es decir no sabemos cuál es su función, por lo que no sabemos cómo jugará la niña o el niño con él; cada cual jugará a lo que desee.
Se adaptan al momento evolutivo, como el ejemplo del pañuelo Pikler. El juego evoluciona con el mismo material.
Están libres de juicio externo, ya que no podemos predecir si esta bien o mal el desarrollo del juego.
Promueve el pensamiento, creatividad y autonomía.
Evitan la sobre-estimulación, porque generalmente son objetos sin sonidos, ni luces. Es decir el objeto tiene las características de que el niño o la niña sean los que hagan con él y no al revés.
Si hablamos de objetos no estructurados y del primer objeto del bebé, es inevitable pensar en el juego, si seguimos en esta misma línea tendremos que referirnos entonces al Juego Libre.
Tema que trataremos en el siguiente artículo. “El juego del niño es, pues, una actividad estimulante y útil desde diferentes puntos de vista. Aún así, si el niño juega no es porque sabe que el juego le es útil, que le -prepara para la vida-; si juega es porque le gusta, porque es feliz; si juega es porque a través del juego realiza los propios deseos y aspiraciones.” (Tardos, 2014:10)

 

Gabriela Etchart, Licenciada en Psicomotricidad y en Educación Física. Especializada en Desarrollo Fisiológico Infantil y en Movimiento Libre y Cuidados Cotidianos.

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Autor/Fuente: Gabriela Etchart, Licenciada en Psicomotricidad y en Educación F

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