Whatsapp, Telegram y Signal fueron creadas originalmente como servicio de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes, pero a partir de allí fueron incorporando múltiples características.

Desde la perspectiva de la privacidad, Whatsapp (2009) maneja más datos en la cuenta de usuario - 15 items, Telegram (2013) está en un punto intermedio - 4 items, mientras que Signal (2015) sólo recopila el número de teléfono del usuario, mostrando una fijación en la privacidad.

En términos de masificación, Whatsapp está en muy buena parte del mundo (2.000 millones de usuarios), que la convierte en un producto casi esencial para comunicarse con otras personas. Telegram es la permanente alternativa (500 millones) y Signal aspira a terciar en la contienda (50 millones).

El tamaño máximo de grupos es ilimitado en Telegram, de 1.000 personas en Signal y de 256 en Whatsapp. Las videollamadas grupales admiten 8 personas en Whatsapp, cinco en Signal y Telegram no las permite.

Telegram puede abrirse en varios dispositivos a la vez y no pide el número de teléfono para registrarse. Puede compartir archivos de hasta 1,5 GB mientras que en Whatsapp el máximo es 100 MB. La personalización distingue a Telegram ya que ofrece variedad de temas y colores mientras que en Whatsapp sólo se puede cambiar el fondo de pantalla.

Telegram puede hacer de nube personal y tiene bots (que en Whatsapp ni siquiera está planteado), por lo que se puede obtener ayuda de aplicaciones que están dentro del sistema (ejm: buscar canciones, programar mensajes, buscar en Wikipedia).

Whatsapp utiliza el protocolo de cifrado de mensajes de “extremo-a-extremo” de Signal y fue desarrollando funcionalidades que tiene Telegram, al punto que ahora son ofertas casi comparables.

Parece que la fortaleza de Whatsapp es la audiencia, de Telegram las funciones y de Signal la privacidad. Veremos que sigue después de la moda de considerar migrar de Whatsapp a otra aplicación.

Autor/Fuente: Electronic Frontier Foundation, xataka.com, genbeta.com, infobae