En tiempos de confinamiento, las aplicaciones de videoconferencia han recibido un notable impulso como recurso para llevar a cabo reuniones, extendiéndose del área empresarial hacia ámbitos educativos y comunitarios. En el proceso, Zoom se ha puesto de “moda” -quizá por la simplicidad y el número de personas en la sala- pero, no habría estado bien preparada para su uso a gran escala, generando dudas acerca de la privacidad en su infraestructura. La empresa afirma estar trabajando para mejorarla.

Pero, mientras tanto, al haber atraído la atención de inescrupulosos (“zoombombing” – sexting y otros), tal panorama obliga a estar atentos. Por ello, si tiene que organizar una videoconferencia con Zoom, tome precauciones: i) descárguela solo del sitio oficial y use la última versión, ii) que sólo puedan acceder con contraseña y que escriban su nombre, iii) no comparta el enlace a la reunión en las redes sociales, nunca organice reuniones abiertas, iv) bloquee el micrófono, video, chat y compartir pantalla y archivos de los participantes, habilítelas sólo si es necesario, v) tenga la sala de espera habilitada para que acepte individualmente a quienes desean acceder, vi) familiarícese con la opción de expulsar, en caso de algún ingreso indeseado.

Así reducirá las opciones de verse expuesto a situaciones incómodas que ya se han dado en diversas latitudes. Si tiene serios reparos con la privacidad de Zoom (100 personas por sala, 40 minutos de sesión), recuerde que tiene varias alternativas en el mercado, algunas de hace tiempo y otras más recientes, que exhiben buena reputación. Una de ellas es Skype –sala de 50 personas- con más tiempo, resolución y manejo de la seguridad.

Fuente: zoom.com, digitaltrends.com, techradar.com, skype.com
 

Autor/Fuente: Alipio Nahui