Fitness: ¿Qué es? ¿Los Adultos Mayores también podemos hacerlo?

18/03/16

El sedentarismo disminuye y atrofia la masa muscular, aumenta el tejido graso, reduce la capacidad cardiovascular y causa dificultades en la marcha, entre otros trastornos. Por ello la importancia de llegar a la tercera edad sin dejar de movernos.

La autonomía para la realización de las actividades de la vida diaria está sostenida por la salud mental y la fortaleza física.
La abuela de mi esposa en pocos días cumplirá 100 años. Estoy convencido de que uno de los principales factores que hacen que Virginia llegue a esta edad es que ella vive en un primer piso y varias veces al día baja y sube las escaleras para hacer los mandados y para ocuparse del cuidado del jardín, lo que permite que su corazón y sus músculos se mantengan en forma.

Como médico clínico atiendo a adultos mayores, y uno de los predictores de la calidad y cantidad de años por delante que cada persona tiene es su grado de autonomía para la realización de las actividades de la vida diaria, tales como vestirse e higienizarse, hacer las compras, viajar solo, cocinar o usar el teléfono. Y esta autonomía está sostenida por la salud mental y la fortaleza física.

En nuestro país (Argentina -y en Uruguay también-) más del 55% de la población es sedentaria, una condición que puede dar origen a múltiples enfermedades, entre ellas, la reducción progresiva de masa muscular que puede desencadenar en sarcopenia, que es la reducción y atrofia de la masa muscular. Cuando una persona empieza a perder músculo, se produce una reducción de la tasa metabólica, con aumento del tejido graso en el organismo, aumento de riesgo de resistencia a la insulina, reducción de la capacidad cardiovascular, problemas osteo-articulares, dificultades en la marcha, entre otras tantas alteraciones.

Este proceso asociado al envejecimiento, donde se produce una reducción de masa muscular y un incremento de la masa grasa del organismo, puede iniciarse en un adulto a partir de los 35 años de edad (aproximadamente) como consecuencia de la inactividad física. Todos estos trastornos se pueden evitar si llegamos a la tercera edad sin dejar de movernos.

Estoy absolutamente de acuerdo con que una alimentación saludable, ejercicio y descanso, son las claves para el desarrollo de unos músculos fuertes y un cuerpo sano.

Es de gran relevancia la realización de ejercicio físico (o deportes) a lo largo de toda la vida y de manera continua, ya que no sólo reduce la pérdida de movilidad y el deterioro de la fuerza, sino que permite ejercitar la coordinación, el equilibrio y la flexibilidad y mantener la mente en forma. En mi familia Virginia nos lo está demostrando, y es así como todos en casa seguimos sus consejos.

Reproducción parcial: Juan Martín Romano / Para Clarín Buena Vida

El autor es médico clínico especialista en nutrición e instructor de mindfulness,
 

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Autor/Fuente: Juan Martín Romano / Para Clarín Buena Vida

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