TRAMANDO REDES INCLUSIVAS
Intervención urbana = Un paseo por los sentidos.

En el día de ayer se llevó a cabo la construcción de un nuevo Telar gigante por parte de decenas de personas ávidas por vivir esta experiencia lúdica sensorial.
La rambla de la playa Pocitos fue testigo de esta gran fiesta de creación colectiva.
Un día que despertó arropado por un clima fresco y con una temperatura cercana a los 15 grados, fue tornándose más templado y agradable, ya que el sol también quiso sumarse para presenciar esta actividad desafiando a los sentidos.
Integrantes del Programa Playas de la Intendencia de Montevideo ubicaron junto a los muros de la rambla los postes que sujetarían la trama a crear.
Soledad y jóvenes del grupo Puertas abiertas trabajaron ubicando las primeras cuerdas en sentido horizontal, a la espera de que llegaran desde tierras Maragatas los integrantes del grupo Ilusiones y del grupo de voluntarios Jóvenes Por una Sonrisa de la Intendencia de San José.
Numerosos transeúntes detenían su andar para conversar con los allí presentes para saber en que consistía la realización de esta iniciativa.
Cuando eran aproximadamente las 10, arribó el ómnibus esperado y decenas de jóvenes y adultos se sumaron a la cita.
Luego de una conversación grupal por parte de Humberto y Soledad con todos los presentes, cada persona asumió una responsabilidad y se puso manos a la obra.
Algunos se sumaron a la creación del telar, otros repartieron folletos de
Redesuy, otros oficiaron de fotógrafos, etc.
La excelente energía presente en el lugar, propició que las risas y la camaradería se adueñaran del momento.
El objetivo era confeccionar entre todos un telar que mediría unos 6 MT x 2 MT, y en el cual el arte estuviera relacionado con las tecnologías.
Mientras la trama se seguía tejiendo gracias a infinidad de manos artistas que desde la arena y la rambla aportaban su creatividad, enlazando telas, cuerdas hilos y artículos informáticos de desecho, los sentimientos y emociones quedaban también vinculados a la urdiembre.
Otros participantes aprovechaban este bello día para disfrutar de la playa, mojar sus pies en la fría agua, andar por la orilla y empezar a fijar en sus cerebros esos inolvidables instantes que eran vividos con gran felicidad.
En otro sector de este mágico entorno jóvenes deseosos de incorporar nuevas vivencias en su interior, cubrían sus ojos con antiparras para permitir que otro mundo se hiciera presente, un mundo ciego, que sin ver, observaba de una forma inédita todo lo que acontecía a su alrededor.
Fueron varios los que luego de volver a formar parte de un universo gobernado por la información visual, compartieron con los demás su experiencia y reflexionaban acerca de haber estado por unos minutos en situación de discapacidad.
La brisa marítima y el sol nos seguían acompañando en un día que parecía ser primaveral.
Varios grupos de asistentes se apoderaban del lugar elegido para almorzar, conversando y compartiendo sus anécdotas.
Diferentes medios televisivos cubrieron esta actividad, permitiendo que la misma obtuviera una destacada visibilidad.
Se había cumplido con la meta, el trabajo en equipo había dado sus frutos, el telar lucía multicolor y era visto por todas las personas que caminando, corriendo o circulando en sus vehículos por la rambla focalizaban su visión en ese lugar.
Peces textiles que habían navegado hace un mes atrás, junto al ballenato creado en otro telar en la casa de la Cultura de Maldonado, llegaban desde mares del este, para ser parte de este nuevo tramado.
Al final, todos quedamos reconfortados con haber podido formar parte de esta creación colectiva, valorando nuestras diferencias y contando con nuevos saberes que se podrían replicar en distintos ámbitos.
A la espera de que la vida nos obsequie la posibilidad de construir un nuevo entramado social, les saludamos cordialmente.

Integrantes del Taller Cultural SINSOCIEGO y de REDESUY.

Autor/Fuente: Humberto Demarco